Del pomposamente denominado Debate sobre el estado (¿futuro?)
de la Nacionalidad me quedo con las gafas de Australia Navarro. Junto al amplio
surtido de Kiko Barroso, de lo más fashion
de estos contornos. Nada me extraña su definición del presidente como un hombre
triste y sin ganas. Además, con una mochila tan cutre y más sobada que un
pasamanos.
De la septingentésima octogésima novena renovación de CC me
quedo con el reenganche del dimitido Barragán. Le da un toque de modernidad a
una formación que demandaba este cambio de aires, esa nueva imagen fresca y
lozana.
Del MercArona de Las Galletas me quedo con la felicitación
por echarle ingenio a la ocurrencia. Competir en este campo de la alimentación
necesita grandes dosis de inspiración, máxime en tiempos de crisis. Un destello
visual equiparable al cartel de la autopista. Sí, el de la frase ingeniosa que
nos saluda cada día.
De la primera comparecencia publica del exministro Soria me
quedo con su decidida apuesta por las energías renovables. Y es ese sugerente movimiento
de brazos que tiene cuando conferencia símil perfecto de las aspas de los aerogeneradores
de eje vertical. Fue, qué decirte, una vuelta al ruedo.
Del lenguaje inclusivo que demanda Podemos en los discursos
de los otros me quedo… con nada, porque como yo no lo uso, pues lo entiendo
artificioso e innecesario, se me tildará con el consabido calificativo. “Bonito
en apariencia pero artificial en el fondo”, dijo Santana ayer. Usted lo
ratifica.
De la tremenda cornada sufrida por un torero me quedo con la
tremenda puntería del astado. Fue una violación en toda regla. Y no de los
derechos humanos. Más bien una defensa de otros. Para que luego digan que los
cuadrúpedos no tienen sentimientos.
Del supuesto lío que montó Angelina Jolie en su visita al Arzobispo
de Canterbury (fotografía) me quedo con el hecho de que frío lo hemos pasado
todos alguna vez en la vida. Cosas de periodistas que se quedan en las formas.
Además, no vislumbro disgustado al reverendísimo por la falta de la supuesta
prenda.
De la contratación de la hermana del alcalde de Adeje como
asesora me quedo con la legislación que permite estas acciones con los puestos
denominados de libre designación. Y quién mejor que un familiar para desempeñar
cometidos tales. Son tantos los ejemplos.
Del turbio asunto de la detención de dos extranjeros por
suplantación de identidad en un examen del permiso de conducir me quedo con que
la picaresca ya trasciende nuestras fronteras, hecho que debe congratularnos
porque ya somos capaces de exportar genuinas esencias latinas. Bien.
De la promesa de tiempo atrás acerca del regalo de dos
libros me quedo, tras sus lecturas, con el aprobado a “Los Realejos, mis
vivencias (1939-1975)”, de José Hernández, y el suspenso a “El universo mínimo”,
de Jordi Solsona. Por supuesto, cuestión de gustos y pareceres. Y no es por
lanzar una pulla (que no puya; ay, el yeísmo).
Del disputado voto del señor Quevedo para la aprobación de
los PGE me quedo con la siguiente reflexión a modo de pregunta: ¿Qué fuerza
nacionalista (supuesta) se quedará con la eterna cantinela de que gracias a
nosotros la agenda canaria es una realidad y tal y cual?
De la nueva web de turismo del ayuntamiento de Vallehermoso
me quedo con las magníficas realidades de la piscina y el jardín botánico del
descubrimiento. Con minúscula, para no herir susceptibilidades.
Del juicio del caso Yate (Yaiza, Lanzarote) me quedo con el
hecho de que no sales tan mal parado si admites tu culpabilidad y alcanzas un
acuerdo con el fiscal. Y pelillos a la mar (en Playa Blanca) con
malversaciones, apropiaciones indebidas, cohechos, sobornos… No me extraña que
por aquellos lares se encuentre El Golfo.
De la redacción de todo lo anteriormente expuesto me quedo
con el hecho de que los incondicionales de siempre harán posible que mañana
vuelva a estar aquí. Con nuevos bríos, que ya es primavera. Y la sangre, ya se
sabe.
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