lunes, 6 de marzo de 2017

Desavenencias populares

Muchos se tomaron a broma los artículos publicados en este blog (y también en el anterior) que reproducían supuestos diálogos entre los dos cabezas visibles del PP realejero. Pues, estimados amigos, no tan jocosos ni tan supuestos. Porque los populares, a pesar de su aparente estructura monolítica, presentan fisuras que ya comienzan a ser palmarias. Y han alcanzado el punto de ebullición en la reciente disputa para la elección del presidente regional.
Todo se inició con las denuncias de al menos dos aspirantes, Tavío y Bento, por las irregularidades en la presentación de avales del que luego fue votado mayoritariamente, el palmero Asier Antona. El cuarto en discordia, Cardona, será premiado con un puesto en la ejecutiva por haberse mantenido al margen. Calladito se está más guapo.
En la refriega hubo más que un simple intercambio de pareceres. Hecho que reconoce el propio presidente insular tinerfeño, el realejero (venezolano) Manuel Domínguez. Hombre estudiado allende los mares, según se desprende de su currículum académico. No porque haya sido becado por su brillantez estudiantil, sino que dispuso de los medios suficientes para la aventura extranjera. Me imagino que las titulaciones alegadas hayan sido debidamente convalidadas y que se hallen enmarcadas y colgadas en las correspondientes paredes.
Se queja Domínguez de que un militante del equipo de Cristina haya mostrado un comportamiento incorrecto. “Lo más asqueroso que me ha pasado en la política”, ha sentenciado. Y pasó página al acontecer con el que fue su gran amigo, el arafero José Juan Lemes, que incluso lo invitaba a su casa (ay, Manolo, las hemerotecas). Te asemejas a cierto obispo.
Y el percance se airea, como en cualquier partido al uso. Le parece rancio hablar de compañeros, pero de todo hay en la viña del señor. Reconoce que la imagen daña los intereses de la formación, aunque espera que todo esto no le pase factura. Estas actitudes, impensables meses atrás, extrañan sobremanera cuando lo que procedía, según el manual de instrucciones, era recurrir a la coletilla de rigor, es decir, ese señor del que usted me habla ya no pertenece al Partido Popular.
A la señora Tavío se le ha cortocircuitado la sonrisa porque conoce a la perfección que ha cavado su fosa por mucho que se ponga a disposición del ganador. Ha comenzado a representarse lo del que la hace la paga. Y lo mismo deberá seguir los pasos de Carlos Alonso y subirse a otro tranvía. Y reducido Soria a ser mero transeúnte de palacios de justicia, que vaya buscando el hermanísimo Hernández Bento cobijo a la sombra del Bentayga.
Por el pueblo, aunque las apariencias del todo va bien se plasman en los foros de rigor, impera cierto nerviosismo ante los roces entre los miembros del equipo de gobierno y las voces discordantes de afiliados y simpatizantes por las permanentes ausencias del alcalde. Ni la segunda teniente de alcalde es capaz ya de defender aquello que sostuvo en Toscal-Longuera: Va a buscar dinero. No, se va a gastar el que le pagamos aquí. Algo, que, asimismo, ya se comenta en una opinión pública que hasta hace bien poco se conformaba con poses, fotos y besos en actos del bien quedar. Hasta escuché ciertos comentarios reprobatorios hace unos días en la piscina municipal en el seno del grupo de señoras que ejercitan la lengua en demasía mientras nos remojamos en la pileta. Incluso en las redes sociales se comprueba que fallan las unanimidades laudatorias en los comentarios. A este paso, me atrevo a pensar que cierto incondicional, muy amigo de arrimarse al mejor postor, acabe por cambiar el color azul.
Ya se pone en duda el fácil recurso del mejor alcalde que ha habido. Debe ser que despertamos de euforias vanas. Y como el bolsillo duele, a lo mejor con varios miles de euros mensuales ahorrados se podrían ejecutar inversiones perentorias. Porque ya que el Cabildo, y es un simple ejemplo, se va a hacer cargo del cierre del anillo insular, cuestión sería que primero llevara a cabo la reposición del firme de las carreteras insulares. Porque lo de Icod el Alto merece que el ayuntamiento ponga sobre la mesa algo más que ruedas de prensa y presencias mediáticas en La Guancha.
Me congratula que a todos aquellos que no habían alcanzado la mayoría de edad en los primeros años de la democracia, y que, por lo tanto, ni siquiera votaron la Constitución del 78, se les haya encendido la bombilla histórica. Porque la labor, entrega y dedicación de aquellos políticos, de todos los signos, que sacaron a los pueblos del ostracismo, con medios tan rudimentarios como escasos, no va a ser superada jamás. Y si la rentabilidad debe medirse dividiendo logros u objetivos entre el sueldo percibido, entiendo que a los menores de 50 años le restan bastantes lecciones que aprender.
Pero me apena aún más el que exista otro problema por el extremo cronológico superior. En el que la utilización descarada de la edad provecta raya la provocación más obscena. Con el consentimiento de los allegados que se prestan a componendas tales. Menos mal que con mis 68 todavía me hallo en la segunda edad. Y los de mi círculo, con idénticas perspectivas. Con nuestro tino bien afinado y dispuestos a mandar para cierto sitio a cualquier político que intente buscar rédito.
Me dijeron que si este blog era la voz crítica del pueblo. Ojalá. Y si fuera capaz de despertar conciencias para que no actuemos al dictado ni nos dejemos llevar por falsos convencionalismos, pondría más carne en el asador. Porque vale la pena chamuscarse en el propósito de que una sociedad más libre sea posible.
¿Que las desavenencias populares van a seguir apareciendo? Pónganle el cuño. ¿Y que serán cada vez más visibles? Pónganle otro cuño. Y ni con todos los medios a tu alcance podrás remediarlo, Manolo. También aquí en nuestro querido Realejo, que el patrimonio sentimental no es de tu entera exclusividad, ni de los dos concejales del ramo. Y un último consejo; de viejo, que no de lo otro: Cuídate de los que te adulan, son casi tan falsos como algunos políticos. Ya sabes que de todo hay en la viña. Y añado: Con el puñal bien afilado y dispuesto.

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