Me siento a redactar estas líneas en la tarde del sábado. No
quería esperar al domingo por dos motivos bien claros que entroncan con el
titular de este post: Honda.
De un lado, porque sería una canallada por mi parte esperar
al resultado del primer envite de la temporada en Fórmula I. Ahondar en la
crisis existencial de Fernando Alonso me parecería una total falta de respeto
hacia una persona que busca desesperadamente un motor. No pide más, solo un
buen elemento que tire del vehículo, o del carro, hasta el punto que pueda
competir con un mínimo de dignidad. Con el que sus adversarios no le digan
adiós en tono risueño cuando lo adelantan. Que no puedan hacer chistes en las
ruedas de prensa con una total falta de respeto. Esta mañana (no te olvides
cuando tecleo estos párrafos) me enteré de que saldrá en el puesto 13 de la
parrilla. Buen número para empezar, aunque pudo ser peor. Lleva unos días sin
calarse. Y el asturiano dice que hay que esperar para ver dónde estamos. A
saber, todos perdidos.
Los japoneses de Honda han prometido una maravilla para el
mes de mayo. Lo pintan muy bien. Eso, lo dibujan. Pero cuando pasan de los
planos a la cruda realidad, solo funciona la marcha atrás. Mientras el resto de
escuderías se apaña hasta con motores de segunda mano, McLaren (¿se escribe
así, no?) no ha sido capaz de pasarse por la chatarra de Icod a ver. O por
Kunsan, en Los Barros, donde venden motores para cualquier tipo de vehículos.
No se están destacando los orientales por demostrar la fama
y valía que llevan en los genes. Ese punto de ventaja que manifestaban poseer
en el sector tecnológico hace aguas. O el túnel del viento se ha quedado sin
ventiladores o las pistas de prueba tienen más baches que las carreteras
tinerfeñas.
Y de este primer porqué, nada más. Me imagino que el amigo
Juan José, consumado ‘ferrarista’, podrá añadir muchas más consideraciones.
Máxime cuando parece que su escudería ya tutea a Mercedes. Me alegro. Así gana
la competición.
Del otro, donde está más peliagudo el ambiente (¿crisis
también honda?), y a ello me referí el pasado viernes mediante la oportuna
llamada a la cordura, es en el seno del partido socialista. Ya le remití el
enlace del artículo a los tres contendientes (cuando leas este nuevo post ya se
habrá presentado Susana Díaz). Y les señalé que estaba convencido, modestia
aparte, de que mi opinión coincidía con la de miles de españoles que pueden
decantar el fiel de la balanza. Porque no deberíamos olvidar que aquí se juega
no solo el puesto de secretario general, sino la posibilidad de jugar un digno
papel en las elecciones generales que podrían convocarse en cualquier momento
si el gobierno popular, en minoría, sigue sufriendo reveses parlamentarios, por
mucho que Coalición Canaria (que se ha renovado completamente este fin se
semana con un Barragán afeitadito y bien peinado) haya salido al quite con su
voto a cambio de otra lluvia de millones.
No creo que hayan tenido tiempo de leerme. Es más, puede que
sus equipos hayan obviado la misiva. Porque si existe un procedimiento fácil en
esto de la informática es eliminar lo que se considere superfluo. Y qué sabrá
uno del Realejo con respecto a los asuntos de tanta enjundia. Pues nada, qué
quieres que te diga.
Hoy quiero dar otro paso. No comprendo cómo Pedro Sánchez
invoca en la cruzada contra sus malvados “compañeros” un giro hacia la
izquierda. Y se erige en candidato de la militancia. Lo que presupone,
entiendo, un guiño hacia la posibilidad de poder pactar en el futuro con
Podemos (y sus confluencias). ¿Ahora? ¿Y por qué no cuando Felipe (el rey) le
encargó la formación de un gobierno? Ocasión en la que firmó un pacto con
Ciudadanos (derechas) a sabiendas de que aquello desembocaría en un estrepitoso
fracaso. Ya está bien de vaivenes y vueltas en noria.
Adelanto un tramo más y me atrevo a jugar de adivino: Si
vuelve a ostentar la máxima representación del PSOE, y, por ende, es de nuevo
candidato a la presidencia del gobierno, te arriendo la ganancia. Si descendió
en su momento a las cotas más bajas que haya conocido el partido, si Podemos le
ha comido el electorado ‘izquierdoso’ (IU ya no existe) y Ciudadanos y el PP el
que en cada elección ‘modera’ su voto ‘centrista’ y se decanta por el que
entiende menos malo, pongan en venta la sede de Ferraz, invoquen a Pablo
Iglesias Posse y esperen sentados a que Mariano siga los pasos de Fraga y deje
a un delfín al frente de la mesnada. Y ni así las tendrán medio maduras.
Que sí, hombre, que sí. Yo no voy a votar en este proceso.
Mi única militancia en estos momentos está en el Imserso. Pero déjame opinar
porque no sufro contaminación alguna. Y es la papeleta que introduzca en la
urna de verdad (sean locales, autonómicas o generales), junto a la de miles que
son asimismo observadores de la realidad, la que decantará el resultado. Todo
lo demás, fuegos de artificio…
Me tuve que ausentar y dejé estas líneas finales para la
mañana del domingo. Y me entero de que Ferrari le ha dado buen cachetón a
Mercedes. O Vettel a Hamilton. Quien te señalé unos párrafos antes ─claro,
el amigo Juan José─ debe estar brincando sobre una pata (con perdón) sola. Y
Alonso sobre la otra. E implorando a los dioses para que mayo venga antes que
abril, mientras se da cabezazos, sin casco, contra la testarudez de Pedro
Sánchez y los muros del PSOE.
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