Pongamos una empresa cualquiera, pública o privada. En la
que se jubilan el mismo día cuatro empleados. Y a uno de ellos, por cualquier
razón que el propietario considere conveniente, se le rinde trato especial en
una red social, sin que se aluda siquiera a que tres compañeros concluyeron con
él la travesía de toda una vida dedicada al servicio de los ciudadanos. Me
parece, como mínimo, una descortesía en toda regla. Salvo que exista prueba en
contrario. Y lo manifiesta un escéptico de los reconocimientos y detalles (¿un
reloj, para qué?), quien también se jubiló en silencio, con la satisfacción del
deber cumplido y que no quiso ser partícipe de actos de ningún tipo. Cuando vi
la publicación, porque me une amistad de muchos años, felicité y deseé toda
clase de parabienes. No podía ser menos. Como desconocía lo restante, vaya
ahora mi enhorabuena y cordial saludo a los omitidos. Es de justicia.
Si cuatro se han jubilado,
no parece conveniente
que solo a uno se mente
y tres se dejen de lado.
A un servidor no ha gustado
que en un mensaje oficial
no se trate por igual
a todos los que cumplieron
con la labor que ejercieron
en su vida laboral.
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