Por supuesto que no sé cuánto cobran los que votan por el PP
en Los Realejos. Porque a varios de ellos les escucho que lo hacen por Manolo
(así, en confianza) y reconocen que, al mismo tiempo, no dudan en votar a otras
candidaturas en los supuestos de Cabildo, Parlamento, etc. Y entiendo que sea
verdad pues la diferencia de votos es palpable y notoria en uno u otros casos.
Pero como llevamos ocho años (no cuento ahora el mandato de 2003 a 2007 en que
Domínguez gobernó en pacto con Amaro) en que los afanes viajeros son tan evidentes,
me pregunto si a sus votantes no les importa que se despilfarre con tal alegría
el dinero. Que luego resulta no haber, y a las prácticas populares me remito, y
nos congelaron a los pensionistas, incrementaron en cantidad irrisoria el sueldo
mínimo e implantaron el copago farmacéutico. Entre otras lindezas de mayor o
menor porte. Y si nos guiamos por los andares de su ahora líder nacional (es un
decir), Pablo Casado, si gobernara, agárrate que vienen curvas. Andalucía será
buen termómetro en estos próximos meses. Sé de algunos por estos lares –de los
que no dan más de sí, sino de no– que andan que beben los vientos tras don
Manuel, a la espera de que caiga la breva del ‘enchufito’. Porque estas nuevas
hornadas (qué calcos de pareceres, incluso físicamente, en el bautizado ‘trifachito’)
saben no solo vivir bien del cuento (lo tienen en cantidades industriales)
sino, asimismo, de la dormidera (puede que también adormidera) en la que se hallan
sumidos los que tendrán, más pronto que tarde, tan duro despertar, que el
estampido va a ser de órdago. En ese momento, y que yo lo vea, irán a enjugar
sus lágrimas en la hipotética piscina, a echar una apuesta en el hipotético hipódromo
y, con las ganancias, a mandarse un cortado en la cafetería de la hipotética
remodelada casa de La Gorvorana, donde yo mismo les atenderé con sumo gusto.
Despierta ya, realejero,
porque te están engañando
por lo que vienes pagando
a nuestro alcalde viajero.
Si no te duele el dinero,
olvida lo que te cuento,
mas cuando llegue el momento
en que veas el engaño,
reparar el grave daño
no bastará con lo siento.
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