viernes, 22 de febrero de 2019

53: Más insultos

“La desvergüenza de Pedro Sánchez no tiene límites”. El hecho de destituir al presidente de la Zona Franca en Tenerife no le ha sentado nada bien al Partido Popular. Y su presidente insular, siguiendo las instrucciones madrileñas de Casado, se ha lanzado a la yugular. Es un acto “poco ético e irresponsable”, porque con “nocturnidad y alevosía”, el “desgobierno del todavía inquilino de la Moncloa”, en sesión del pasado viernes en Consejo de Ministros,  adoptó el acuerdo pertinente. Y me pregunto yo si el citado órgano de gobierno tiene la potestad de hacerlo, porque de no ser así, entonces sí que estaríamos frente a una acción de una enorme gravedad. Por lo tanto, señor Domínguez, lo de nocturnidad y alevosía deberá ser otra metáfora. De esas a las que últimamente son tan aficionados desde que los 600.000 puestos de trabajo andaluces se han quedado en un limbo. Y cuando observé al diputado regional Antona en Madrid (lunes, 18 de febrero) recibiendo a los eurodiputados expulsados de Venezuela, tuve que salir al patio para coger algo de aire fresco. Desfachatez, cinismo y todos lo sinónimos posibles son, estimados populares, sus reiteradas ausencias del puesto de trabajo. Que el alcalde realejero se lance a soltar sandeces sin antes mirarse al espejo demuestra la alta capacidad de quien rige los destinos de la Villa de Viera. Por lo visto cree que la ciudadanía es igual de corta que el alumbrado público que usted privatizó. Y se va a pegar un estampido a poco que los electores piensen algo más que lo que hace él, mero ejemplo. Porque de ética no va sobrado, precisamente.

Mi alcalde se ha permitido,
como un cura de estos lares,
elevar a los altares
un insulto repetido.
“Ambos dos” han decidido
plasmar de forma patente
el ultraje al presidente
con improperios variados;
¿y qué entiende por pecados
quien se declara creyente?

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