Aquí no se tratan asuntos de carácter más allá de lo
estrictamente local. Y punto pelota. Porque si no te callas, te aplico el 155.
O gana las elecciones para que puedas hacer lo que yo ahora. ¿Alguna diferencia
con los andares de Casado? No es que los de aquí… Igualitos. Cortados por la
misma tijera. Les faltó subirse todos al Roque Chico y cantar, cual coral de
voces vete tú a saber, el banderita tú eres roja, banderita tú eres gualda.
Pero no, utilizaron, casi todos, el salón de plenos del ayuntamiento realejero.
Una dependencia que debe estar muy por arriba de consignas partidarias, se convirtió
por un rato en la sede local del equipo de gobierno. Sin recato y sin
vergüenza. Con la visión empresarial de siempre. Ya solo les falta a los que
pretenden instaurar el palo y tentetieso, aprovechar para sacarse la foto de la
próxima cacería en el recinto precitado y mostrarnos que también lo de los
conejos es cosa de ellos. Me “encantó” el vídeo de la concejala que espichó la
bandera en una caña y se fue a la Playa de Los Roques. Bien cerca de la linde
con Puerto de la Cruz, donde un entusiasta grupo de deheseros fundaron en 1922
la Sociedad Valle de Taoro. Si Florencio Sosa y otros que le acompañaron en la
aventura levantaran la cabeza. Que porqué lo escribo. Me soplaron que alguien
quiere publicar más historias del Casino de La Dehesa para complementar un
libro ya editado con motivo del 75º aniversario. Sería interesante rescatar
algunos artículos periodísticos. Y ya está. Qué calcos. Sigan votando a las
personas. Obvien el trasfondo. Así nos va. Continúen roncando.
Madre mía, qué esperpento
este “pepé” realejero,
presumiendo de salero
con las banderas al viento.
Cuando vi tanto talento
en proyección nacional,
me dije en plan coloquial
que siquiera por decencia
necesitan con urgencia
un blanqueo cerebral.
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