
Este pasado lunes se cumplía el 80º aniversario de la muerte
de Agustín Espinosa. Y en el cementerio de San Francisco tuvo lugar un acto de homenaje
al escritor en el que, amén de la correspondiente ofrenda floral, se leyeron
unos textos alusivos y sabiamente seleccionados por Margarita Rodríguez Espinosa. A destacar la presencia de un grupo de alumnos del
colegio público realejero que lleva el nombre de quien será protagonista del
Día de las Letras Canarias 2019. Como allí estuve de cuerpo presente (Jesús, qué cosas escribes), no podía
quedar al margen de mi décima diaria este acontecer. Y me van a permitir dos
licencias de eterno aprendiz. La una, también por motivos de rima barata, el que ose este atrevido a definirlo como “pintor de tristes hados”. La otra, y ya que vamos de surrealismo, qué
mejor cierre a la espinela que un mensaje nada subliminal acerca de la
situación esperpéntica de la casa sita en la Calle García Estrada. ¡Ah!, hubo representación del ayuntamiento, que me olvidaba.
El ochenta aniversario
de la muerte de Espinosa,
que en San Francisco reposa,
nos brindó sutil muestrario.
Un ambiente literario
se vivió en el camposanto,
con un exquisito canto
de textos seleccionados
del “pintor de tristes hados”…
¿Y la casa? Aquí me planto.
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